¿Por qué TikTok debería estar en OnChain?
La batalla por el control de la identidad digital nunca ha sido tan urgente. A medida que las plataformas de redes sociales se convierten en potencias globales, la cuestión de quién posee y controla nuestras interacciones en línea es un tema fundamental para la libertad personal. En ningún otro ámbito este debate es más relevante que con TikTok, el gigante de las redes sociales en el centro del escrutinio político, las disputas corporativas y el futuro de la autonomía digital.
Imagina un mundo donde tu identidad digital sea verdaderamente tuya, donde cada publicación, conexión e interacción no esté confinada en una plataforma corporativa, sino que exista como una extensión de tu autonomía personal. Esta no es una visión utópica, sino la evolución necesaria de las redes sociales en una era donde la soberanía digital es un derecho fundamental.
Durante décadas, sin darnos cuenta, hemos sacrificado nuestra independencia digital por la comodidad de plataformas centralizadas. Facebook, Twitter, Instagram… estas plataformas han moldeado nuestra vida digital, pero funcionan más como jaulas de oro. Cada publicación que creamos, cada relación que cultivamos, cada conversación que mantenemos está, en última instancia, controlada por corporaciones que pueden modificar, monetizar o borrar nuestra existencia digital con un solo cambio de Regulación o decisión algorítmica.
Un nuevo futuro para TikTok
Mientras TikTok decide sobre su futuro como propietario,Proyecto Libertadse ha asociado conAlexis Ohanian,el cofundador de Reddit y pionero en la creación de comunidades en línea, yKevin O'Leary, reconocido inversor y empresario conocido por su papel enTanque de tiburones¿Por qué implementar la plataforma en cadena?
En CORE, esto va más allá de TikTok. Se trata de quién controla los espacios digitales donde miles de millones de personas se conectan, crean y consumen información. Durante demasiado tiempo, las comunidades más dinámicas de internet han sido moldeadas, y en última instancia gobernadas, por un puñado de corporaciones. Project Liberty lidera el movimiento para cambiar esto, garantizando que las redes sociales estén al servicio de quienes las impulsan, no solo de quienes las poseen.
La clave de este cambio es Frequency, una blockchain pública y sin permisos, desarrollada por el equipo Tecnología de Project Liberty y diseñada específicamente para redes sociales de alto volumen. Esta blockchain refuerza las bases de una internet impulsada por el usuario, priorizando la interoperabilidad, la soberanía de los datos y la resiliencia frente al control centralizado. En conjunto, estas iniciativas buscan alejar las redes sociales de la propiedad corporativa y acercarlas a un modelo abierto y controlado por el usuario.
TikTok, a pesar de todo su impacto cultural, no es la excepción. Mientras continúa el debate sobre su propiedad y sus prácticas de datos, la cuestión principal sigue sin resolverse: ¿debería una sola entidad, ya sea un gobierno o una corporación, controlar el tejido social de una generación? Lo que está en juego no es solo quién es el propietario de TikTok, sino si una plataforma de su escala puede operar fuera de los límites del control centralizado. Para reinventarla dentro de un marco descentralizado, se requerirá una base basada en la verdadera interoperabilidad, los datos propiedad de los usuarios y la gobernanza abierta. Aquí es donde entra Frequency.
De TikTok a Bluesky: Construyendo un futuro descentralizado
La cuestión del futuro de TikTok pone de manifiesto un cambio mucho mayor en nuestra forma de pensar sobre las redes sociales. La necesidad de descentralización ya no es teórica, sino una necesidad urgente. Bluesky, un proyecto de redes sociales de código abierto, es un intento de responder a esa necesidad.
Bluesky no es una plataforma más; representa un esfuerzo por redefinir la relación entre los usuarios y sus identidades digitales. Pero la verdadera liberación digital exige más que buenas intenciones; requiere un compromiso estructural con la descentralización total. Ofrece un vistazo a cómo podría ser una red social descentralizada, pero persisten vulnerabilidades clave.
Bluesky, a pesar de toda su promesa, aún depende de cuellos de botella estructurales que ponen en riesgo su descentralización a largo plazo. Los nodos de almacenamiento permanecen en gran medida centralizados bajo el control de Bluesky PBC o de proveedores externos, lo que significa que los datos de los usuarios aún se almacenan en ubicaciones que podrían convertirse en puntos de control. Los sistemas Relay y Firehose, responsables de la distribución de datos, siguen concentrados en unas pocas manos. Y si bien es positivo que Bluesky haya implementado el estándar W3C para Identificadores Descentralizados (DID), el directorio PLC (Libro Mayor Público de Credenciales) también está centralizado. Estos pueden parecer pequeños detalles técnicos en este momento, pero la historia ha demostrado repetidamente cómo decisiones técnicas aparentemente menores pueden convertirse en los mecanismos mismos mediante los cuales se consolida el poder y se erosiona la autonomía.
La frecuencia, columna vertebral de una web social descentralizada
Aquí es donde Frequency entra en escena, no solo como una cadena de bloques, sino como un marco completamente nuevo para la identidad digital y la gobernanza de las redes sociales. Frequency no solo modifica el modelo actual; replantea nuestra interacción en línea desde cero. En lugar de que las autoridades centrales dicten las condiciones, Frequency garantiza que los usuarios, y no las plataformas, tengan las claves de su vida digital.
La descentralización es más que un cambio técnico; se trata de restaurar derechos fundamentales. Los usuarios deben tener la capacidad de otorgar acceso a sus datos, pero, igual de crucial, deben tener el poder de revocarlo. Las relaciones que construyen en línea (seguidores, conexiones, conversaciones) deben pertenecerles a ellos, no a una plataforma que pueda manipularlas o eliminarlas a voluntad.
Descentralización con propósito
Frequency opera según el principio de una descentralización mínima y intencionada, lo que posibilita la sostenibilidad a largo plazo del ecosistema a escala poblacional. Los únicos datos almacenados en la cadena son los esenciales para garantizar los derechos individuales sobre los datos. Este enfoque de diseño permite una optimización eficiente de la cadena centrada en los Eventos sociales CORE , principalmente la actividad relacionada con las primitivas de cuenta, grafo y comunicación. Este enfoque en lo social CORE permite diseñar incentivos tokenizados en torno a la gestión de la capacidad de la red, dejando los incentivos específicos para creadores, consumidores y otros actores más específicos en manos de niveles superiores de la pila Tecnología .
La promesa de una internet propiedad del usuario está incompleta sin sólidas salvaguardias que protejan los datos personales. La frecuencia garantiza que los usuarios cuenten con protección criptográfica para su información, junto con controles granulares que dicten cómo se comparten sus datos. Al mismo tiempo, deben tener la flexibilidad de imponer restricciones específicas para cada plataforma, garantizando que su contenido aparezca solo en los espacios digitales donde deseen verlo. Además, deben poder eliminar su contenido a su discreción. También deben tener la facultad de restringir el contenido a plataformas específicas si así lo desean.
Este enfoque aborda directamente los obstáculos fundamentales que han impedido el escalamiento de los intentos previos de descentralización. Frequency garantiza que ninguna entidad, ni siquiera sus propios operadores de nodos, tenga la capacidad de alterar o censurar los datos de los usuarios. Proporciona una copia de seguridad descentralizada de Firehose de Bluesky, lo que garantiza que el contenido generado por los usuarios permanezca accesible sin el control de una sola parte. Su arquitectura está diseñada no solo para la pureza ideológica, sino también para la sostenibilidad y la escalabilidad prácticas, ofreciendo una latencia mínima y operaciones rentables para garantizar que el sistema siga siendo viable para su adopción masiva.
Lograr la autosoberanía digital
Internet se concibió para ser abierto, interconectado y libre. Pero hoy nos encontramos en una encrucijada: o seguimos dependiendo de las redes sociales controladas por las corporaciones, o tomamos las medidas necesarias para crear un futuro digital más abierto y controlado por los usuarios.
Bluesky es un avance, pero sin abordar sus puntos de centralización restantes, corre el riesgo de convertirse en otro jardín amurallado, quizás un poco más ONE, pero ONE donde los usuarios carecen de control real. TikTok presenta un desafío aún mayor. El debate sobre su propiedad no es el meollo del asunto. La verdadera pregunta no es quién debería ser el propietario de TikTok, sino si algún gigante de las redes sociales debería ser propiedad de alguien en el sentido tradicional. La descentralización ofrece un nuevo camino a seguir, ONE en el que las plataformas se construyen en torno a la soberanía del usuario, en lugar del control corporativo.
Con Frequency, nos acercamos un paso más a recuperar la promesa original de internet. La verdadera liberación digital exige romper con los monopolios de datos que han definido la era de las redes sociales. No se trata solo de una actualización tecnológica, sino de un cambio de poder necesario.
Nota: Las opiniones expresadas en esta columna son las del autor y no necesariamente reflejan las de CoinDesk, Inc. o sus propietarios y afiliados.
Braxton Woodham
Braxton Woodham, cofundador de Frequency, es un líder Tecnología con más de 20 años de experiencia en el desarrollo de plataformas escalables. En Project Liberty, desarrolla infraestructura para redes sociales descentralizadas.
Anteriormente, dirigió el área de producto y Tecnología en Fandango, cofundó MON Basket y kuma.capital, y creó Tap11, una plataforma de análisis de medios en tiempo real. También ocupó puestos clave en Sony Music e InfoSpace.
Braxton comenzó su carrera como Ingeniero Principal de Propulsión en misiones ATLAS y sirvió como Capitán de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Es licenciado en Ingeniería Mecánica por la Universidad de Vanderbilt.
