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La sombra del intermediario en el complejo de la tokenización
En el mundo de las Cripto, los activos digitales y el sueño de la descentralización, el intermediario es una figura despreciable. Hablamos de redes peer to peer sin necesidad de guardianes. Sin embargo, nos guste o no, los intermediarios rondan cada rincón de este panorama, dice Fadi Aboualfa, director de investigación de Copper.co.
En el mundo de las Cripto, los activos digitales y el sueño de la descentralización, el intermediario es una figura despreciable. Hablamos de redes entre pares, de transacciones sin intermediarios que fluyen libremente a través de las fronteras, sin necesidad de guardianes. Sin embargo, nos guste o no, los intermediarios acechan en cada rincón de este panorama. Algunos extraen renta por sus servicios; otros simplemente mantienen el orden en el caos. Pero seamos claros: siempre que hay un contratiempo, una vulnerabilidad de la billetera o una falla en un contrato inteligente, alguien debe intervenir. Y ese alguien, ya sea que lo llamemos intermediario o no, tiene las llaves del sistema actualizado y seguro.
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Por supuesto, a medida que los Mercados maduren, la esperanza es que el papel de estos intermediarios se vuelva menos dominante. Bitcoin, Ethereum —estos titanes de la descentralización— han desarrollado redes enormes, con desarrolladores que pueden resolver problemas por un sentido del deber o por altruismo. En este sentido, la escala puede suavizar el golpe de la centralización, pero la presencia de intermediarios nunca desaparece por completo. Simplemente se transforman.
A medida que nos adentramos en la tokenización de activos del mundo real, el concepto de intermediarios adquiere nuevas dimensiones, y no solo en términos técnicos sino también en el ámbito de la regulación. Están surgiendo regímenes de sandbox en varias jurisdicciones, y dejan ONE en claro: los depositarios centrales de valores (CSD) no solo persistirán, sino que pueden volverse más centrales que nunca. Sus contrapartes más grandes y más conectadas globalmente, los CSD internacionales, están listos para asumir un papel aún más crucial.
Lo más importante: algunos han desestimado estos esfuerzos de tokenización como si fueran mera teatralidad. Después de todo, estos tokens no se acuñan de forma nativa en una cadena de bloques, sino que son representaciones de activos que aún residen en los mismos intermediarios que la Tecnología de registro distribuido (DLT) se suponía que volvería obsoleta. Es cierto que la tokenización no nativa obstaculiza el pleno potencial de la Tecnología, limitando su capacidad para desbloquear el tipo de futuro simplificado y descentralizado que muchos imaginan. Estos esfuerzos, por imperfectos que puedan ser, ofrecen una rama de olivo, un punto de partida que permite a los actores de la industria interactuar con la DLT mientras mantienen un pie en el mundo que conocen.
Algunos pueden apresurarse a señalar la redundancia del registro interno de un CSD, que debe conciliarse con una cadena de bloques que, en teoría, ya es inmutable y automática por diseño. Pero se trata de una redundancia con la que los reguladores se sienten más que cómodos.
En este caso, la eficiencia no siempre es el objetivo final: la estabilidad y la familiaridad sí lo son. Las quejas pueden caer en saco roto. En cambio, el desafío para los participantes de la industria es demostrar cómo la tokenización, incluso dentro de este marco de intermediarios, ofrece un camino a seguir.
Hoy en día, vemos que los gigantes de la gestión de activos están forjando este camino, al mismo tiempo que lidian con las limitaciones de la Tecnología blockchain que han elegido: escala limitada, falta de interoperabilidad y una evidente ausencia de Privacidad. O bien estos obstáculos ya no importan (spoiler: sí importan), o la tokenización está logrando hacer realidad su potencial a pesar de ellos. Esta última parece la conclusión más realista, ya que destaca las formas en que la gestión del acceso a garantías y la movilidad de activos ya están proporcionando eficiencias operativas tangibles en el mundo real.
Tal vez no se trate de eliminar al intermediario, sino de reformular su papel, refinando la interacción entre las instituciones del viejo mundo y la Tecnología del nuevo mundo, hasta que la tokenización nativa encuentre el lugar que le corresponde. Mientras tanto, la infraestructura del mercado financiero basada en blockchain ya es una realidad, aunque nunca totalmente sin confianza. Y esa, irónicamente, es una realidad que se puede llevar al banco.
Nota: Las opiniones expresadas en esta columna son las del autor y no reflejan necesariamente las de CoinDesk, Inc. o sus propietarios y afiliados.
Nota: Las opiniones expresadas en esta columna son las del autor y no necesariamente reflejan las de CoinDesk, Inc. o sus propietarios y afiliados.
Fadi Aboualfa
Fadi Aboualfa es el Jefe de Investigación de Copper.co, la empresa de custodia de activos digitales. En 2017, fundó Diar, un boletín informativo especializado en Cripto basado en datos, antes de dedicarse a la consultoría privada y, posteriormente, establecerse en Copper. Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Copper.co.
