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El experimento bilateral de moneda digital entre Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos muestra los beneficios de los registros distribuidos, según los bancos centrales.
Un proyecto piloto conjunto de CBDC de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos concluyó que un sistema de pago distribuido ofrece una “mejora significativa con respecto a los sistemas de pago centralizados”.
Los bancos centrales de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) concluyeron un proyecto piloto de moneda digital (CBDC) y descubrieron que la Tecnología de contabilidad distribuida puede mejorar las transacciones transfronterizas y satisfacer las demandas de Privacidad financiera en un contexto puramente digital.
En un libro de 93 páginasdescripción generalEn el marco del proyecto "Aber", ambos bancos centrales describieron las lecciones aprendidas tras una prueba de concepto de un año de duración, cuyo objetivo era evaluar la viabilidad de una moneda digital compartida entre ambos países. Descubrieron que un sistema de pagos distribuido ofrece una mejora significativa con respecto a los sistemas de pagos centralizados para las liquidaciones bancarias comerciales nacionales e internacionales.
“Se seleccionó el nombre Aber porque, como palabra árabe que significa 'cruzar fronteras', refleja tanto la naturaleza transfronteriza del proyecto como nuestra esperanza de que también trascendiera las fronteras en cuanto al uso de la Tecnología”, se lee en el informe. El proyecto fue anunciado en 2019Como parte de la estrategia “Azzam” de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, un acuerdo para fomentar la cooperación bilateral.
Si bien los bancos centrales afirman que se necesita más investigación, el proyecto piloto de Aber contribuye al acervo de conocimientos sobre tecnologías CBDC y DLT. En concreto, el informe se basa en experimentos previos con CBDC en Canadá, Japón y Singapur, que normalmente se limitaban a una moneda única, en lugar de a CBDC de doble emisión.
Además de los dos bancos centrales, seis bancos comerciales locales gestionaron nodos y aportaron "dinero real" procedente de las reservas depositadas en los bancos centrales. El proyecto piloto se desarrolló sobre Hyperledger Fabric, un libro de contabilidad distribuido de código abierto y con permisos, adscrito a la Fundación Linux e IBM. Sin embargo, también se consideraron Quorum de JPMorgan, una versión privada de Ethereum, y el sistema Corda DTL de R3.
“Cabe señalar que los protocolos de blockchain públicos como Ripple y Stellar, que a menudo están posicionados para casos de uso de remesas transfronterizas, se descartaron debido a la obvia necesidad de permisos y Privacidad para un caso de uso de pago interbancario (que estos protocolos no admitían)”, se lee en el informe.
Si bien el proyecto Aber logró altos niveles de rendimiento sin comprometer la seguridad ni la Privacidad, los investigadores señalan que al principio hubo problemas en la coordinación de nodos entre jurisdicciones. El informe planteó, y abordó parcialmente, otras preguntas sobre la firmeza de las liquidaciones y el rendimiento de la cadena de bloques, posibles problemas legales o políticos y riesgos operativos.
Los investigadores de Aber señalan que una mayor experimentación podría dar lugar a la introducción de monedas fiduciarias adicionales, la expansión geográfica y el despliegue de instrumentos financieros como los bonos.
Quizás la pregunta más importante que queda sin respuesta es cómo afectarán los sistemas distribuidos a la Regulación monetaria.